De la existencia y la realidad

A partir de las reflexiones sobre la vida y la muerte comenzamos a comprender que vivimos, puesto que vamos a morir, pero ¿en qué momento inicia la toma de consciencia sobre nuestra existencia? ¿Será que comprendemos que existimos porque dejaremos de existir? ¿Es el hecho de vivir lo mismo que el hecho de existir? La toma de consciencia sobre nuestra existencia ocurre en el momento que reconocemos que no sólo hay vida a nuestro alrededor, ocurre cuando tras reconocer nuestra finitud vemos al cielo y no podemos encontrar el límite o el final del mismo. Es después de tal acto cuando decimos: — ¿Qué habrá más allá de lo que mis ojos pueden ver? ¿Existirá algo? Si existe algo más allá, también debe existir algo aquí y si algo existe aquí, sin duda soy yo, pues estoy vivo, cuestionándome por la existencia en la inmensidad cósmica. De nueva manera comenzamos a generar una definición de existencia donde se atrapa todo lo que percibido por nuestros sentidos. — ¡Si lo puedo percibir, existe y si existe debe ser real! -, diríamos. Creando de manera antagónica lo inexistente como todo aquello irreal o fuera de nuestra percepción. Una observación más precisa nos diría que si tomamos como existente todo lo que es real y está dentro de nuestra percepción, estamos fundando una realidad basada en cada objeto existente percatado por nuestros sentidos y nuestro entendimiento. Convirtiendo la existencia concientizada en una realidad fundamentada.